La Sociedad de Blues de Barcelona es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 2005 con el fin de promover la divulgación y el conocimiento de esta música. Una misión nada fácil, y no por falta de materia prima, sino porque los grandes medios generalistas se muestran poco proclives a reflejar una escena que "tiene muy buena salud en Barcelona y en Cataluña", según explica la presidenta de la entidad, Big Mama Montse
The blues had a baby and they named it rock and roll. Lo cantaba el gran Muddy Waters, y naturalmente tenía razón. Surgido de la pobreza y el dolor de las comunidades afroamericanas de Estados Unidos, este género es un incuestionable patrón sin el cual no se podría explicar la historia de la música moderna. Su gran cantidad de variantes -geográficas, estilísticas- configuran un pozo sin fondo tan fértil que cualquiera puede dedicarle perfectamente la vida sin miedo de estar perdiendo el tiempo. La cantante Big Mama Montse, en activo desde hace tres décadas, señala que el blues “tiene una estética concreta, pero aparte de eso tiene una pulsación, un sentimiento muy determinado: expresa la parte más primitiva del ser humano, las ganas de conectar, de sentirse vivo, de compartir”.
Big Mama es la actual presidenta de la Societat de Blues de Barcelona, una entidad sin ánimo de lucro fundada en 2005 con el fin de promover la divulgación y el conocimiento de esta música. Una misión nada fácil, y no por falta de materia prima, sino porque los grandes medios generalistas se muestran poco proclives a reflejar una escena que “tiene muy buena salud en Barcelona y en Cataluña. Según mi experiencia -precisa Big Mama Montse- estamos mejor que antes. Recuerdo que hace quince o veinte años, cuando hacíamos conciertos con Juan Pablo Cumellas [el armonista] nos encontrábamos con un público de gente muy grande que no sabíamos si eran exactamente aficionados al blues, o gente que venía a disfrutar del concierto como podría ir a cualquier otra actuación del género que fuera. Actualmente creo que hay mucha más gente interesada en esta música, y supongo que en eso hemos contribuido las asociaciones, festivales y festivalitos… todos juntos formamos una piña”.
La SBB también convoca un galardón bienal orientado a nuevas formaciones que consta de cuatro recompensas diferentes (grabación de un vídeo en directo, grabación de un disco, y actuaciones en los festivales de blues de Benicàssim y Lleida), así como unos premios anuales que se empezaron a otorgar en 2015, y que desde 2016 llevan el nombre del legendario bluesman Big Billy Broonzy. El listado de las personas y entidades distinguidas proporciona nuevas pistas sobre el mapa del blues en nuestro país. El primer año lo recibió la asociación Capibola Blues, vinculada a la Escuela de Blues de la ciudad, el Festival de Blues de Barcelona, y las Noches de Blues en el Pueblo Español. Los años siguientes, recibieron el premio el Honky Tonk Blues Bar de Sants (cita ineludible para los amantes de los conciertos del género) y el cantautor Quico Pi de la Serra por su veterano programa T’agrada el blues? (“¿Te gusta el blues?”) en la radio pública catalana. En 2018 se concedió in memoriam a Alfredo Papo (1922-2013), incansable crítico musical y promotor del jazz y el blues en la capital catalana.
En un tercero, pero no menos significativo estadio, la entidad es responsable de un impresionante Fondo de Blues depositado en Hospitalet, una ciudad -según explica otro de los miembros de la SBB, Joan Ventosa- “que históricamente siempre ha apostado por el blues. En 2005 se reanudó en L’Hospitalet el Ciclo de Blues, y en este marco comenzó a tomar cuerpo la propuesta de crear un fondo especializado en la Biblioteca Tecla Sala”. El archivo, que abrió en 2006 y que desde el año siguiente cuenta con el aval y las aportaciones de material de la European Blues Union, consta en este momento de unas 5.000 piezas, mayoritariamente discos, pero también vídeos, libros, cartelería, panfletos, programas de mano… El presupuesto de la Biblioteca Tecla Sala y las donaciones individuales -un ejemplo, la de Hugh Lynch, un aficionado inglés afincado en Cataluña que antes de morir hizo una contribución significativa- alimentan un importante contenedor documental de música negra que también se extiende a géneros como el soul o el jazz.
La joya de la corona del Fondo de Blues es la primera publicación sobre el género que se conoce en Cataluña y en España, editada en 1951 por Dau al Set, con un retrato de Big Billy Broonzy elaborado por Joan Ponç
“El fondo -señala Ventosa- ha adquirido un gran vuelo a nivel europeo. Aparte de la producción de España, la gente puede escuchar el blues que se está haciendo en Hungría, Dinamarca, Inglaterra o Italia”. El boletín trimestral Blues a Fons, editado y distribuido en la Tecla Sala, se enmarca asimismo en esta tarea divulgativa. La joya de la corona del Fondo de Blues es la primera publicación sobre el género que se conoce en Cataluña y en España, editada en 1951 por Dau al Set, con un retrato de Big Billy Broonzy elaborado por Joan Ponç. “Hicimos una inversión fuerte para conseguir este documento, y estamos muy satisfechos”, dice Joan Ventosa, que también destaca entre las piezas más preciadas de la colección el libro del inglés Paul Oliver The History of Blues, “una obra de referencia publicada en los años sesenta ahora descatalogada, y que para los aficionados al blues es como la Biblia”. Fotografías -en algunos casos firmadas- de las grandes estrellas internacionales de blues que pasaron por Hospitalet entre 1988 y 1994, y un espléndido árbol genealógico histórico del género elaborado por Miguel Abella y editado por la SBB, son también paradas obligadas para todo aquel que se acerque a la Tecla Sala para disfrutar de este magnífico patrimonio cultural.
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