El superordenador ayuda a los científicos a predecir los futuros escenarios medioambientales, facilitando la toma de decisiones
Francisco Doblas, director del departamento de Ciencias de la Tierra del BSC.
El Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) sigue posicionándose como un referente mundial en materia climática y ha obtenido este año un total de cinco millones de euros procedentes de fondos europeos para continuar investigando sobre esta cuestión.
Los recursos obtenidos de la UE servirán para costear cinco nuevos proyectos de investigación, centrados en estudiar los efectos del cambio climático sobre la salud, la sociedad y el medio ambiente. Actualmente, el BSC trabaja en 56 proyectos que inciden en este campo, generando información para sectores socioeconómicos clave especialmente afectados por la variabilidad climática, como la agricultura, la energía, la gestión del agua o la salud.
Concretamente, la infraestructura ubicada en la antigua capilla de la Torre Girona, en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), permite modelar el clima global, tanto el pasado como el futuro, así como plantear varios escenarios, como cuál será su evolución si las emisiones contaminantes se mitigan, su variación dependiendo en qué grado se hace… Las capacidades del superordenador también permiten poder analizar todos estos datos y extraer solo la información necesaria para poder obtener conclusiones. Todos estos mecanismos ayudan a los científicos a predecir las condiciones climáticas que están por venir y facilitar la toma de decisiones para aconsejar medidas que las puedan mitigar.
“El BSC lleva a cabo investigación en servicios climáticos desde hace años. Con el tiempo y la aproximación interdisciplinar que se ha adoptado, que mezcla tecnología, ciencia climática y ciencias sociales en el mismo entorno, se ha convertido en un actor clave a nivel europeo“, sostiene Francisco Doblas, profesor ICREA y director del departamento de Ciencias de la Tierra del superordenador. Para el investigador, los recursos obtenidos de la UE representan “una oportunidad única” para el BSC. “Nos permitirán seguir investigando al más alto nivel en cómo desarrollar modelos del clima global que permitan satisfacer las necesidades de un amplio rango de usuarios“, agrega.
El departamento de Ciencias de la Tierra del BSC nació en 2006 con el objetivo de comprender mejor el comportamiento del sistema terrestre, centrando su trabajo de investigación en los procesos atmosféricos y la modelización del cambio climático. Con más de 100 personas, se trata de una unidad única en España y se ha convertido en un referente internacional en los campos de la calidad del aire, la predicción climática y los servicios medioambientales.
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