El equipo de investigadores liderado por Elisabet Serrat ha descubierto un retrato de Dolors Ferrà Oromí, la madre del pintor, bajo un lienzo expuesto al museo de Montjuic
Retrat descubierto de la madre de Joan Miró bajo el cuadro 'Pintura'.
Un retrato de la madre de Joan Miró aparece por sorpresa bajo un óleo de los que forman parte de la colección del museo dedicado al artista en Montjuïc. Tras una detallada investigación y la aplicación de técnicas punteras no invasivas, se pudo obtener una imagen bastante nítida del retrato subyacente, lo que permitió compararlo con otros pertenecientes a la familia y llegar a la conclusión de que la mujer que aparecía bajo el lienzo era Dolors Ferrà i Oromí, la madre del pintor. Un trabajo digno de lo que podríamos denominar un CSI del arte. En este caso, del CSI de la Fundació Miró.
Elisabet Serrat, jefa de conservación preventiva y restauración de la Fundació Miró, ha sido quien ha dirigido esta investigación detectivesca que bien podía haber pasado por un caso de los mismísimos Sherlock Holmes y Hercule Poirot. Serrat ya hacía mucho que tenía identificadas numerosas grietas y pequeños desperfectos en la obra Pintura, un óleo realizado por Miró entre 1925 y 1927. También había observado algunos relieves que indicaban que estos estaban causados por algo que existía bajo la capa más superficial del lienzo, que el pintor había regalado a su amigo Joan Prats.
El cuadro permaneció bajo la propiedad de Prats hasta que en 1975 pasó al museo. Serrat descubrió un informe de 1978 de esta obra que ya advertía de su mal estado de conservación. En el expediente, también consta una primera radiografía que revelaba la existencia de un retrato subyacente que no era posible identificar por sus escasos detalles. Fue entonces cuando se decidió intentar resolver de una vez el enigma.
Técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, de la Fundació Mas Miró y la Fundació Miró Mallorca se sumaron a la investigación. Se sometió el cuadro a lo último en técnicas no invasivas basadas en radiografía y espectroscopia infrarroja. El resultado que se obtuvo fue una imagen con los detalles suficientes del retrato de la mujer para poder identificarla, siempre que se hallara otro con que compararlo. Asimismo, se pudo concluir que los relieves presentes en Pintura correspondían a un colgante y los pendientes del retrato subyacente.
Entonces, se inició una investigación de campo. Primero, en el Mas Miró de Mont-roig del Camp, donde el artista solía veranear. Pero fue en Son Boter, el estudio mallorquín del pintor, donde se halló un retrato de una mujer con la misma cara obtenida en el laboratorio y ataviada con las mismas joyas. Caso resuelto. Se trataba de Dolors Ferrà i Oromí, madre de Joan Miró. No había duda. El artista había reutilizado un retrato de su madre atribuido a Cristòfol Montserrat Jorba, un pintor especializado en este tipo de obras que solían encargar los miembros de la burguesía catalana de la época.
Toda esta investigación puede seguirse también a través del documental El secret de Miró, una producción de la Fundació Miró que ha contado con la colaboración de la Fundació La Caixa. La película podría ser un cozy mystery en el que Elisabet Serrat resuelve el caso al más puro estilo de la señora Fletcher en Se ha escrito un crimen o como uno de esos clásicos detectives victorianos.
Uno de los misterios por resolver, y que se dejan abiertos a diversas interpretaciones, es por qué Miró decidió pintar sobre un retrato de su madre. La otra duda es por qué el pintor dejó visibles los relieves de las joyas cuando podía haberlos aplanado. Quizá dejó una pista para que se descubriera el retrato subyacente. Miró solía pintar sobre cuadros de otros artista, como una forma de crítica a la pintura académica vacía de contenido. La diferencia con el retrato de su madre es que siempre dejaba evidencias visibles de las pinturas subyacentes. En cambio, el caso que nos ocupa es el primero que se conoce en el que cubre por completo el lienzo original.
En el documental, Joan Punyet, nieto de Miró, aventura que puede que fuera un homenaje del pintor a su madre haciéndole un retrato de su espíritu para yuxtaponerlo a la pintura académica. Esto tendría sentido por la protección que Dolors Ferrà siempre ejerció sobre su hijo, al que en todo momento apoyó en el desarrollo de su carrera, a diferencia de la relación tensa que siempre mantuvo con su padre. Sea como fuere, el caso del retrato secreto ha quedado resuelto. Elemental, querido Miró.
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