El fabricante de ColaCao invierte en la reforma de su sede corporativa de El Guinardó

Dicen que durante muchos años las calles del barrio del Guinardó olían a chocolate. Era un aroma a cacao en polvo procedente de la fábrica de ColaCao, construida en 1957 en un solar de la calle Lepanto. La planta se trasladó en 1981 a Parets del Vallès, donde sigue actualmente, pero la fábrica histórica no se abandonó, sino que siguió albergando las oficinas corporativas de la antigua Nutrexpa y de la actual Idilia Foods, la empresa propietaria de ColaCao, Nocilla, Okey, Paladín y Mesura.

Este edificio de oficinas ubicado en el antiguo enclave industrial acaba de iniciar una nueva etapa 63 años después, ya que Idilia Foods ha sometido el inmueble a una rehabilitación integral para adaptarlo a las nuevas necesidades de la compañía y liberar también metros cuadrados para que sean ocupados por terceras empresas. Las renovadas oficinas corporativas de la calle Lepanto conservan los elementos arquitectónicos originales que dan testimonio del pasado fabril, como los altos techos de bóveda catalana, los pilares de la antigua factoría, los altillos y las vigas vistas.

La rehabilitación ha conservado elementos de la antigua fábrica como los techos de bóveda catalana y vigas vistas.

Idilia Foods ocupa una superficie de 4.725 metros cuadrados distribuida entre cuatro de las siete plantas del inmueble. Las otras tres suman 5.615 metros cuadrados más y se han puesto al mercado del alquiler, para que puedan ser ocupadas por empresas que requieran entre 500 y 2.000 metros cuadrados. “Este edificio es parte de la historia de Idilia y también lo será de su futuro”, afirma el consejero delegado de la empresa familiar catalana, Xavi Pons.

Con la reforma de su sede, el grupo fabricante de ColaCao quiere adaptarse a las nuevas formas de trabajar y también a la nueva normalidad derivada de la pandemia. “Las oficinas transmiten la esencia de la compañía y valores como la cercanía y el trabajo en equipo”, apunta Pons. En este sentido, los 140 empleados de los servicios centrales de Idilia trabajan desde este mes en espacios abiertos pensados para fomentar la comunicación, las sinergias entre equipos y departamentos, y dotados de las herramientas digitales y de conectividad necesarias para que puedan ser unas oficinas sin papeles y que integren de forma sencilla el trabajo presencial con el remoto.

Una de las cuatro plantas del nuevo cuartel general de Idilia Foods cuenta con una terraza al aire libre de 500 metros cuadrados con unas vistas panorámicas sobre la ciudad de Barcelona. Se destinará a realizar reuniones en un formato diferente o para fomentar la interacción social de los trabajadores. Además de aplicar la política paperless, las renovadas oficinas han sido certificadas con el sello de sostenibilidad Breeam y toda la electricidad que consumen es verde. La empresa también ha puesto en marcha un plan de movilidad sostenible para los empleados impulsando los trayectos en bicicleta y ofreciendo aparcamiento para bicicletas y patinetes eléctricos.

Una de las plantas se ha destinado a la interacción social de los empleados.

Idilia Foods es una de las dos empresas resultantes de la escisión de la antigua Nutrexpa. Se trata de una compañía propiedad de los hermanos Ferrero Jordi que tiene como marca estrella Cola Cao, presente en el mercado desde hace más de 75 años. El grupo facturó 173 millones de euros en 2019, cifra que incluye también la comercialización de las marcas Nocilla, Paladín o Okey. Si se cuenta también a los empleados de la planta de Parets del Vallès, la empresa emplea a más de 300 personas. Este complejo industrial también fue renovado en 2018, cuando se construyó una nueva planta para Nocilla, que hasta entonces estaba ubicada en Montmeló.

La otra empresa surgida de Nutrexpa es Adam Foods, en manos ahora de la familia Ventura y dueña de macas tan conocidas como Artiach, La Piara, Cuétara o Aneto. Hasta la separación en dos grupos en 2014, Nutrexpa ocupaba todo el edificio  de la calle Lepanto, que hace años modernizó su imagen exterior al construir una imponente fachada característica por sus grandes ventanales espejo. Una de las grandes curiosidades de este inmueble, situado en el número 414 de la calle Lepanto es que nunca ha lucido un rótulo exterior con la imagen corporativa de la empresa, un buen indicador del carácter extremadamente discreto de la familia propietaria.

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Sergi Saborit

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