Quiere encontrar nuevos materiales para los vasos y compañías que midan las emisiones que genera
Concierto en el festival Cruïlla. © Xavi Torrent
El Festival Cruïlla trabaja para seguir reduciendo su impacto medioambiental. Después de probar el vaso biodegradable en su edición de 2018 o eliminar el plástico en la de 2019, ahora quiere colaborar con empresas emergentes que le ayuden, por ejemplo, a encontrar materiales menos contaminantes para los vasos que acompañan a los asistentes en los conciertos o para las pulseras que sirven para entrar. El Sustainable Festival Challenge cuenta con el apoyo de Damm, Barcelona Music Lab y la Fundación Ship2B.
Podrán presentarse aquellas startups que estén en activo en el momento de ser seleccionadas y tengan un modelo de negocio claro. Habrá tiempo para presentar las candidaturas hasta el 21 de abril.
Los proyectos seleccionados participarán en la Startup Week, un evento en el que se las formará y se estudiarán las vías de colaboración con el festival. Entre los participantes, un jurado escogerá a las propuestas que se acabaran materializando en el Cruïlla 2023.
El Sustainable Festival Challenge quiere responder a dos cuestiones. En primer lugar, busca empresas emergentes especializadas en el diseño de materiales sostenibles o capaces de generar nuevos materiales que disminuyan el impacto ambiental. Se podrán destinar para los vasos y las pulseras, pero también para las pancartas, las lonas y los stands que invaden el Fòrum los días que dura el festival.
En segundo lugar, el Festival Cruïlla también quiere medir las emisiones de carbono que genera y compensarlas, así como proponer acciones para que los asistentes las puedan reducir. También prevé realizar informes que expliquen el impacto medioambiental que tienen los conciertos.
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