En Barcelona tenemos motivos para presumir de muchas cosas, pero si en alguna podemos afirmar que somos referencia global es en el ámbito biomédico
Imagen virtual de los edificios que configurarán el nuevo complejo científico del Mercat del Peix, en la Ciutadella del Coneixement.
El sector de la biomedicina representa casi el 8% del PIB de Catalunya, y aglutina 91 instituciones de investigación, más de 1.400 empresas, y más de 264.000 profesionales, la práctica totalidad en Barcelona y su área metropolitana.
Nuestra ciudad acoge el 25% de las empresas biotecnológicas de España y participa activamente en el desarrollo de innovaciones disruptivas en salud, agroalimentación y medio ambiente. Además, Barcelona se encuentra entre las tres primeras ciudades europeas en publicaciones sobre terapias avanzadas y en quinta posición en actividad de ensayos clínicos.
En definitiva, podemos decir sin tapujos que Barcelona se encuentra entre las principales capitales europeas en el sector biomédico.
Porque cuando hablamos de motores económicos, todavía nos acostumbramos a quedar en las referencias habituales propias del siglo XX: el puerto, el aeropuerto, la Fira o la Zona Franca. Pero hoy, ya muy entrados en el siglo XXI, también son motores económicos la ciencia, la innovación y la tecnología.
En el siglo XXI, el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), el Barcelona Supercomputing Center, el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), el Parque Científico de Barcelona (PCB), el Sincrotón Alba, o nuestras universidades y hospitales públicos situados entre los mejores del mundo, entre otros, son tan importantes, o más, que el resto.
Y esta posición no es casual: es el resultado de un compromiso municipal, junto con el resto de instituciones, con la ciencia y la innovación como motores económicos. Un compromiso que no es nuevo: hace 15 años del primer programa Barcelona Ciencia.
Porque como le gustaba repetir a Joan Guinovart, fundador y exdirector del Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB), “los países ricos no invierten en ciencia porque son ricos, sino que son ricos porque invierten en ciencia”.
Por eso, este compromiso no deja de crecer, como demuestra el Plan Estratégico de Ciencia e Innovación 2023-2027, que destinará 130 millones de euros en cuatro años a este ámbito. Lo hará en proyectos tan destacados como la Ciutadella del Coneixement, un nuevo hub de ciencia e investigación que tiene el parque como epicentro y que consta de cinco edificios nuevos donde se concentrarán cerca de 2.000 investigadores e investigadoras, y con una inversión estimada de más de 350 millones de euros. O el futuro Campus de Salud del Hospital Clínic o el Vall d’Hebron Institut de Recerca, entre otros.
Por todo esto, Barcelona es el lugar ideal para encontrar talento, para emprender y para hacer crecer la investigación y las empresas del sector de la salud. Y todo esto no será posible sin la colaboración público-privada, el talento local y el que atraemos de fuera, y el impulso emprendedor para transferir el conocimiento de los laboratorios a la empresa.
En definitiva, emprendimiento, ecosistema y estímulo público, las claves del progreso y la competitividad, el camino del futuro.
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