La Rambla es un mosaico diverso que aglutina atractivos y usos de todo tipo. Quien pasa por la avenida más famosa de Barcelona lo hace por un motivo particular, ya sea para contemplar su arquitectura, visitar alguna de sus tiendas, comer en sus restaurantes, hacer el check en la lista de must-see de la ciudad, ir de un punto a otro esquivando a turistas o, desde hace ya más de 185 años, adentrarse en el universo lírico del Gran Teatre del Liceu.
Tres décadas después del incendio que lo devoró, el Liceu sigue atrayendo la atención de quien pasea por La Rambla, ya sea o no para acudir al gran teatro. Y lo hace poniendo en valor su trayectoria, pero poniendo el foco en su futuro, con nuevas propuestas, experimentando nuevos formatos de la lírica e impulsando su expansión a una segunda sede, conocida como Liceu Mar.
Para perfilar este futuro y repasar esta trayectoria, el director general del Liceu, Valentí Oviedo, protagonizará la próxima cita de Moments Estel·lars. La nueva sesión del ciclo, organizado por The New Barcelona Post, tendrá lugar el 7 de abril a las 18.30 horas en Casa Seat, donde Oviedo conversará con el periodista y profesor de la UPF-BSM Toni Aira. Para asistir como público y poder formular preguntas a Oviedo, se requiere reserva previa gratuita.
Con el nombre de El Liceu, el alma de La Rambla, la sesión se asomará al futuro del Liceu de la mano de Oviedo haciendo un viaje desde su origen, ligado al entorno de La Rambla desde el inicio. La semilla del ahora emblema de la lírica germinó en 1837 en el actual Portal de l’Àngel, y poco después se decidió construir un nuevo edificio que albergara la institución en un antiguo convento, ubicado en La Rambla que hacía menos de 80 años que se había abierto siguiendo el trazado de la muralla medieval.
Desde que se puso la primera piedra del Liceu en 1845 hasta la actualidad, su escenario ha acogido a los intérpretes más prestigiosos de cada momento; ha ejercido de palanca desde la que encumbrar a talentos locales; ha albergado grandes producciones, y ha visto incluso cómo las llamas han engullido el Liceu no una, sino dos veces. La primera, 14 años después de inaugurarse el nuevo edificio, cuando en 1861 un incendio iniciado en la sastrería destruyó por completo la sala y el escenario; la segunda, en 1994, tras la que se reconstruyó de nuevo. Reabrió en 1999 con Turandot, bajo la dirección de escena de Núria Espert, y volvió a posicionarse como un referente de la lírica.
Ahora, el Liceu mira al futuro dando cabida a la lírica clásica y a nuevos formatos que se acercan a su público habitual y a nuevos espectadores. ¿Cómo se plantea la institución llegar a estos nuevos públicos manteniéndose fiel a su esencia? ¿Cómo quiere posicionarse el Liceu en el futuro? ¿Cómo quiere traspasar sus fronteras? ¿Cómo puede dar cabida a una institución que crece más y más, también con nuevas propuestas educativas y sociales? Tal vez, una respuesta es abrirse más allá de sus históricas paredes a través de una segunda sede, y qué mejor lugar en Barcelona que hacerlo junto al mar, concretamente, en otro enclave histórico de la ciudad y en el que desemboca La Rambla: el Port Vell.

El proyecto, que se anunció hace dos años inicialmente previsto en el espacio del antiguo Imax, se frenó por la celebración de la Copa del América, y se ha reactivado tras la competición y tras descartarse que vuelva a disputarse en la ciudad. Fue pocos días después, a finales de octubre, cuando el Puerto de Barcelona y el teatro firmaron un convenio para dar pasos adelante en la concreción del futuro Liceu Mar, que ya no tiene el Imax como su única posible ubicación. Y es que, después de que la Copa del América le diera una segunda vida al edificio con un centro divulgativo sobre la competición, ya no está tan claro que el antiguo Imax esté condenado al derribo. Así, se abren nuevas posibilidades para el Liceu para ampliar su espacio, que se abordarán con Oviedo en Moments Estel·lars, en una sesión organizada, como es habitual, con la colaboración de Casa Seat, Must Media Group y Barcelona Global.
Oviedo está al frente de la gestión del Liceu como director general desde 2018. Nacido en Manresa en 1977, es miembro también de la junta general de la asociación europea Opera Europa desde 2021. El director general, que acumula una amplia experiencia en la gestión de equipamientos culturales, se licenció en Administración de Empresas en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y tiene un MBA por el IE Business School y un programa de desarrollo directivo (PDD) por IESE.

A través de su formación, inició su carrera en las áreas de finanzas y marketing de multinacionales del sector industrial y del gran consumo, hasta que se adentró en el ámbito cultural cuando en 2008 pasó a dirigir la empresa municipal Manresana d’Equipaments Escènics, encargada de la gestión del Teatro Kursaal y el Teatro Conservatorio de Manresa.
Una vez dentro del ámbito cultural, ya no hubo vuelta atrás. Oviedo fue nombrado en 2013 gerente del consorcio de L’Auditori i l’ OBC, cargo que ocupó hasta 2016, cuando fue designado gerente del Institut de Cultura de Barcelona (Icub). Oviedo, que es miembro del Comité Asesor en Creatividad del Ayuntamiento, ha colaborado como docente en finanzas y marketing en la Universitat de Barcelona (UB) y ha sido miembro de la junta de la Asociación de Gestores Culturales de Catalunya, entre otras entidades vinculadas a la cultura.