Fundadors Aridditive
Roger Uceda y Arnau Cumelles, cofundadores de Aridditive.

La impresora 3D de hormigón de Aridditive apunta al medio millón de euros este año

La 'spin-off' de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ha inaugurado una nueva planta de 1.000 metros cuadrados en Sant Vicenç dels Horts para iniciar la comercialización de su tecnología, que permite fabricar elementos constructivos de forma automatizada y sostenible

Una impresora 3D capaz de fabricar piezas de hormigón de más de tres metros. Esta es la tecnología que desarrolla Aridditive, una spin-off de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) que aspira a revolucionar el sector de la construcción. Su tecnología permite producir de forma sostenible mobiliario urbano, fachadas, puentes, viviendas y otros elementos constructivos de gran complejidad de manera industrializada y automatizada, lo que permite reducir costes y recursos.

Una tecnología que ha supuesto diez años de investigación, desde que en 2014 empezó el proceso dentro de la Fundación CIM de la UPC, centro donde se estaban desarrollando varias tecnologías relacionadas con la impresión 3D. La idea inicial era construir una impresora capaz de fabricar casas, para después transportarla donde hiciera falta. “Pero pronto nos dimos cuenta cd que era difícil imprimir en el exterior, con la climatología cambiante, entonces pensamos que era más fácil imprimir dentro de una fábrica, en un entorno controlado y, por este motivo, optamos por fabricar piezas para la construcción”, resume Roger Uceda, consejero delegado de Aridditve.

Uceda, que también había sido consejero delegado de BCN3D —startup de impresión 3D enfocada a plásticos—, era en aquel momento director de transferencia y valorización de CIM-UPC, para garantizar que la investigación que se estaba desarrollando dentro del centro pudiera llegar al mercado. El ingeniero decidió apostar por este proyecto y emprender junto con otros compañeros de la universidad, y, así constituyeron Aridditive en 2023.

Para poder subvencionar esta tecnología, en septiembre de 2024 también consiguieron levantar una ronda de 500.000 euros del fondo madrileño BeAble Capital y del barcelonés Suma Capital, así como 120.000 euros de Acció, la Agència per la Competitivitat de l’Empresa de la Generalitat.

Con este capital, se han instalado en una nueva planta de 1.000 metros cuadrados en Sant Vicenç dels Horts, el ATIC (Aridditive Technology and Innovation Center). El espacio será el centro para que arquitectos y profesionales del sector puedan conocer presencialmente esta tecnología, así como fabricar las primeras series en este espacio. La idea es que, tras probarla, las compañías adquieran una de las impresoras que comercializa la spin-off, que ya ha sacado su primera impresora, la Volta 3D, al mercado.

La Volta 3D Printer es capaz de fabricar piezas de hormigón de más de tres metros cuadrados.

“Gracias a la informática y la tecnología existente, los arquitectos tienen flexibilidad a la hora de diseñar pero, cuando llega la hora de producir las piezas, se encuentran muy limitados”, lamenta Uceda. En este sentido, uno de los propósitos de la impresora de Aridditive es que permita a arquitectos y diseñadores disponer de libertad absoluta. Por otro lado, en un sector como el de la construcción, con escasez de mano de obra y recursos, “disponer de una impresora que automatiza los procesos supone reducir recursos, costes, personal y tiempo”, defiende el consejero delegado.

Otro de los pilares de la empresa es su apuesta por la sostenibilidad. El sector de la construcción concentra casi un 38% de las emisiones de dióxido de carbono, y con el uso de esta impresora 3D consiguen que no se desaproveche cemento. “En comparación con la técnica del encofrado, conseguimos reducir entre un 50 y un 70% el cemento utilizado, un material que genera hasta un 8% de las emisiones de CO₂”, asegura Uceda.

Con el uso de esta impresora de Aridditive , se consigue reducir entre un 50 y un 70% el uso de cemento.
Con el uso de esta impresora, se consigue reducir entre un 50 y un 70% el uso de cemento.

Aridditve ya ha llegado a acuerdos con empresas del sector como Ciments Molins, Lagula Arquitectos o Benito Urban, para desarrollar soluciones reales basadas en la impresión 3D. Pero la intención es que sus clientes no sean solo nacionales, sino que ya están estableciendo alianzas con empresas de todo el mundo, para introducirse en el mercado europeo, asiático y americano. Ya trabajan con compañías de Chile, México y una austríaca mediante la cual quieren introducir un material alternativo en el cemento para imprimir sus piezas y reducir, así, todavía más las emisiones que generan.

A corto plazo, la spin-off Aridditive tiene previsto facturar medio millón de euros para finales de año, con la venta de dos impresoras que ya tiene comprometidas, y doblar su equipo, ahora formado por cinco personas. Además, los planes de la empresa también pasan por fabricar 20 unidades de la Volta 3D Printer en los próximos tres años.