Todo el mundo sabe qué estaba haciendo cuando se fue la luz este lunes. Un día después, la normalidad se ha ido recuperando en la ciudad, a pesar de que algún semáforo aún se resiste y las colas se acumulan en las gasolineras. Sin olvidarse de todos los que no pudieron volver a casa y han pasado la noche como han podido en la estación de Sants y los polideportivos habilitados por el Ayuntamiento.
Aunque hubo a quien le tardó más, la electricidad fue volviendo a las casas y las tiendas, con problemas para comunicarse que se alargaron durante todo el día. A media mañana del martes, el suministro eléctrico se ha restablecido prácticamente en toda la ciudad, según ha informado el Ayuntamiento. Aún no está garantizado el suministro de agua en los barrios de montaña, especialmente en Collserola, por problemas con el bombeo y Aigües de Barcelona está trabajando para resolverlo.
La incertidumbre fue la gran protagonista de un día en el que se vio de todo, con escenas más típicas de series de ficción que de un lunes cualquiera. Primero, aquellos que se quedaron atrapados en ascensores sin poder avisar a nadie. En la capital catalana, los bomberos han atendido unas 800 incidencias, de las cuales, un centenar estuvo relacionado con rescates en ascensores y casi 300 con asistencias a personas con movilidad reducida. También hubo que actuar en trenes y el metro, desalojando a los usuarios por las vías con destino final a estaciones fantasma.
Las calles se llenaron pronto de gente caminando por todas partes, pidiendo indicaciones para llegar a aquellos lugares que confiaban a Google Maps, y turistas que no sabían cómo volver a sus hoteles. El servicio de metro fue de los principales afectados de la jornada, llenando a rebosar los autobuses para volver a casa, con TMB poniendo en funcionamiento hasta 900 autobuses. Las líneas 1 y 5 de metro fueron las primeras que se empezaron a recuperar, hasta que estuvieron todas operativas a las 3 de la madrugada, con los convoyes dando servicio durante toda la noche para garantizar que todo el mundo podía volver a casa. Más ha costado recuperar el servicio en Rodalies, aún afectado, y Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), completamente recuperado.
A todo esto, volvieron aquellas colas en los supermercados que recordaban a los desabastecimientos pandémicos, incluso las gasolineras se pusieron a vender helados a 1 euro y hubo quien se puso a pedir tanda en algún comercio que aún no se habían quedado sin eso de los transistores, las pilas y las linternas. Por no dejarse los que se pusieron a jugar a las cartas en los bancos o los que llenaron las terrazas, decidiendo pasar las horas, viniese lo que viniese, tomándose unas cañas.