Barcelona quiere transformar el Eixample en una supermanzana
Un niño juega a pelota en una de las zonas pacificadas de Sant Antoni © Edu Bayer

Barcelona quiere transformar el Eixample en una supermanzana

El Ayuntamiento de Barcelona quiere convertir en los próximos años una de cada tres calles del Eixample en un eje verde, adaptando el modelo de Ildefons Cerdà al siglo XXI y a la ciudad poscoronavirus. Los lugares donde se han hecho actuaciones de urbanismo táctico en los últimos meses serán los primeros en adaptarse al nuevo modelo, que recibirá una inversión de 40 millones.

El Ayuntamiento de Barcelona quiere extender la supermanzana de Sant Antoni a todo el Eixample y hacer “un salto de escala” en la implantación de las supermanzanas, con la voluntad de consolidar un nuevo modelo de ciudad más sostenible, saludable y para las personas. “Toda la ciudad tiene que ser una supermanzana”, ha defendido la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, en la presentación de la iniciativa. “Es una propuesta de gran transformación urbana, pero también de futuro”, ha enfatizado y ha recordado que es un modelo que no solo se está impulsando en Barcelona sino que se ha replicado en otras ciudades del mundo y ha sido aplaudido por diferentes expertos, que se han rendido a las supermanzanas barcelonesas. El proyecto contará con un presupuesto total de casi 40 millones de euros y el consistorio no descarta buscar apoyo en los fondos europeos, a pesar de que la previsión es cubrirlo con el presupuesto municipal.

 

La idea que sustenta esta nueva Barcelona recupera uno de sus pilares fundamentales: el Plan Cerdà. Diseñado para modernizar la ciudad de finales del siglo XIX y hacerla más saludable y habitable, el entramado Cerdà es el punto de partida para la transformación que quiere desarrollar el gobierno de Ada Colau, extrayendo sus conceptos originales y adaptándolos al siglo XXI. Por ejemplo, si en las últimas décadas los interiores de las islas del Eixample tenían que servir para tener espacios verdes y ser un punto de encuentro para los vecinos, ahora serán calles como Consell de Cent, Rocafort, Comte Borrell y Girona las que responderán a este propósito convirtiéndose en ejes verdes. Y los famosos chaflanes del barrio se convertirán en plazas, también verdes e imitando a las que hay en Gracia. Las primeras se encontrarán a los cruces de Consell de Cent-Rocafort, Consell de Cent-Borrell, Consell de Cent-Enric Granados y Consell de Cent-Girona.

Así se imagina el Ayuntamiento de Barcelona las nuevas calles de la ciudad.
Así se imagina el Ayuntamiento de Barcelona las nuevas calles de la ciudad.

Según Sanz, si Cerdà transformó el Eixample para reducir la excesiva concentración de viviendas, ahora toca hacer lo mismo con los coches. La teniente de alcalde ha expuesto que Barcelona concentra 6.000 coches por kilómetro cuadrado, superando las ratios otras ciudades europeas como Madrid, París y Londres que, además, son más grandes. Asimismo, ha alertado de que unos 350.000 coches atraviesan diariamente el centro de la ciudad por el Eixample. Y el Ayuntamiento quiere reducir esa cifra para mejorar la salud de sus ciudadanos.

La transformación que plantea el consistorio quiere responder a un momento “de máxima emergencia” como el actual, donde confluyen diferentes crisis, como la sanitaria, la económica y la climática, ha señalado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. “Se nos pide que tengamos visión de futuro y planificación”, ha remarcado. Para hacerlo, Colau ha asegurado que no solo hay que sumar más supermanzanas sino que políticas como esta se tienen que acompañar de otras, como la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), el refuerzo del transporte público y el coche eléctrico. Para la teniente de alcalde de Agenda 2030, Transición Digital, Deportes y Coordinación Territorial y Metropolitana de Barcelona, Laia Bonet, el impulso de las supermanzanas también tiene que servir para transitar hacia un nuevo modelo económico en la ciudad, más sostenible y eficiente, donde los barrios se conviertan en los protagonistas y se haga más vida en ellos.

Imagen virtual del antes y el después en los chaflanes del Eixample.
Imagen virtual del antes y el después en los chaflanes del Eixample.

La hoja de ruta del Ayuntamiento de Barcelona para los próximos años es transformar 21 de las 61 calles que tiene el Eixample en ejes verdes y generar 21 nuevas plazas en los cruces, sin concretar, sin embargo, cuando se llegaría a este escenario. Con este plan se conseguirá sumar más de 30 kilómetros pacificados —tres veces la Avenida Diagonal—; 3,9 hectáreas de plazas; incrementar en 33,4 hectáreas el espacio para peatones —un parque de la Ciutadella—, y 6,6 hectáreas de verde urbano —seis islas del Eixample—. Todo esto hará que una de cada tres calles del Eixample sea un eje verde y sus vecinos tengan a menos de 200 metros uno de estos nuevos carriles o plazas.

Las obras empezarán en 2022 

La transformación del Eixample se ha empezado a materializar con el lanzamiento inmediato de dos concursos públicos, que permitirán fijar las bases de este nuevo modelo de ciudad y definir cómo serán los cambios urbanísticos. Un concurso será para la conversión de las cuatro primeras calles en ejes verdes y para fijar cuál será el modelo de calle del siglo XXI, basándose en las actuaciones de urgencia que se han hecho durante la pandemia y se han visualizado con los elementos de urbanismo táctico. Con un presupuesto de 32,8 millones, este nuevo patrón de vía será el que se aspira a implantar progresivamente en el resto de la ciudad. El otro concurso prevé el diseño de las cuatro primeras plazas, proyectándolas como elementos centrales de la futura urbe, y se destinarán cinco millones de euros.

La transformación del Eixample empezará con cuatro ejes verdes (marcados en el mapa en verde) y cuatro plazas (en rojo).
La transformación del Eixample empezará con cuatro ejes verdes (marcados en el mapa en verde) y cuatro plazas (en rojo).

El gobierno municipal trabaja con la previsión de ejecutar en este mandato las obras de los cuatro primeros ejes verdes y plazas, empezándoles a partir del año 2022. Para cumplir con este calendario, los dos concursos se han publicado este mismo martes y se resolverán en marzo de 2021. En abril se iniciará el proceso participativo, que durará tres meses y quiere involucrar al tejido económico de la ciudad, los vecinos y las entidades. “No lo podemos hacer solos, lo tenemos que hacer con todo el mundo”, ha enfatizado Sanz. Una vez acabe el proceso participativo, los proyectos se redactarán a partir de mayo del año que viene.