Terrat Casa Batlló
Foto de archivo de turistas en la terraza de la Casa Batlló. © V. Z. González

Barcelona tendrá todos sus hoteles abiertos a finales de primavera

El Gremi d'Hotels espera que el MWC dé el pistoletazo de salida a la actividad turística este año, después de que en 2021 las sucesivas olas de coronavirus frenasen la recuperación

Las sucesivas olas de coronavirus han ido frenando la reactivación que se auguraba durante el año pasado para el sector turístico, que ha dejado de ingresar 2.500 millones de euros desde el inicio de la pandemia. Con las afectaciones recurrentes que se dieron en 2021, el Gremi d’Hotels de Barcelona no ha querido dar una cifra de balance para todo el año, que cerró diciembre con el 73% de los hoteles abiertos, un 46% de ocupación y un precio medio por habitación de 106 euros, cifras equiparables a otras capitales turísticas en las que predominan los visitantes por negocios y ocio, como Tokio, Nueva York, Milán o Ámsterdam. “No estamos solos y no nos ha ido ni mucho peor ni mucho mejor”, ha remarcado su presidente, Jordi Clos.

La asociación empresarial sí que ha valorado 2021 según las diferentes etapas que vivió. Concretamente, entre enero y abril, la actividad en el sector fue casi nula, teniendo en cuenta los confinamientos perimetrales y otras restricciones. La temporada de verano, afectada por la explosión de la quinta ola, consiguió una ocupación del 50%, con solo la mitad de los hoteles en activo y precios inferiores a los habituales para captar al turista nacional a falta del internacional, que representa el 85% del mercado barcelonés. La buena tendencia empezada en verano continuó pasado setiembre, pero se vio frenada en seco con la sexta ola, llegando a una campaña de Navidad con una ocupación de entre el 20% y el 30%.

Después de la llegada de una variante del coronavirus menos agresiva y con el continuo avance de la campaña de vacunación, los hoteles de Barcelona esperan que en este año se intensifique la recuperación, a no ser que la pandemia traiga alguna nueva sorpresa y con la mirada puesta en la recuperación del turista estadounidense, que será el que permitirá dejar completamente atrás esta crisis.

“No estamos solos y no nos ha ido ni mucho peor ni mucho mejor”, remarca Clos, con la capital catalana registrando unas ocupaciones similares a las de Tokio, Nueva York o Milán

El retorno del Mobile World Congress (MWC) a finales de febrero tiene que servir como pistoletazo de salida, tal y como preveían los hoteleros el verano pasado. Con 10.000 habitaciones reservadas que ya no se pueden cancelar, Clos se muestra optimista: “Será un principio de arranque este 2022, aunque no será, ni mucho menos, como 2019”. Con el Mobile, se espera que casi el 80% de toda la planta hotelera de la ciudad esté abierta, después de que una decena de los hoteles que habían reabierto el año pasado hayan vuelto a cerrar en enero a la espera de la llegada del congreso. Con la sexta ola y siendo enero y febrero tradicionalmente de los peores meses de la temporada, la ocupación hotelera se sitúa actualmente entre el 8% y el 15%.

Además, después del MWC, vendrán más congresos. “Se quiere volver a retomar la actividad”, ha expuesto Clos, quien estuvo en FITUR en Madrid y constató esas ganas de volver a la presencialidad congresual para hacer negocios. En el calendario ferial para este año en Barcelona, se espera la celebración del Integrated Systems Europe (ISE), que, como el Mobile, dejará atrás su versión veraniega y más reducida del año pasado (10-13 mayo); Alimentaria (4-7 abril); el Seafood (26-28 abril); el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (26-29 de agosto), o el IBTM (29 noviembre-1 diciembre). “Esto nos da la esperanza de que estamos saliendo”, ha defendido Clos. Para los próximos años, Turisme de Barcelona trabaja con 90 candidaturas para captar más congresos, con 150 ferias y reuniones profesionales ya confirmadas.

A la par de la recuperación gradual y paulatina de los congresistas vendrá la del turismo de ocio, consiguiendo que las reaperturas continúen a partir de marzo hasta conseguir que todos los hoteles vuelvan a estar abiertos a finales de primavera, con una Semana Santa más positiva que la de 2021, marcada por los confinamientos perimetrales. El Gremi d’Hotels prevé que la ocupación hotelera se sitúe este verano en el 65% y el 70%, entre un 10% y un 15% por debajo a la de un año normal. Otra señal de que la crisis provocada por la pandemia se va dejando atrás es que ya se ha superado su peor momento, que forzó a algunos propietarios a vender sus hoteles, ha indicado Clos, con un saldo de entre diez y 15 establecimientos que han cambiado de manos, sin que eso haya significado que la planta hotelera de la ciudad se haya reducido.

“No podemos seguir diciendo que no”

Clos ha criticado que la ciudad rechace proyectos como el Hermitage, la ampliación del Aeropuerto de El Prat o el Four Seasons, que acabó yéndose a la capital madrileña. “No podemos seguir diciendo que no”, ha expuesto, más cuando se ha visto qué le pasa la ciudad cuando no tiene actividad turística. “Tenemos que coger todas las oportunidades que nos lleguen”, ha añadido. Pese a la crisis provocada por la pandemia y a la salida de la ciudad del ránking de los diez principales destinos turísticos, el presidente del Gremi d’Hotels ha remarcado que la capital catalana mantiene un intangible que hace que ubicaciones como la Barceloneta sigan atrayendo a visitantes y consigan estar llenas en pleno enero. “Barcelona sigue siendo la Barcelona de hace cinco años”, ha defendido.