'Tiempos inciertos. Alemania entre guerras' se podrá visitar en CaixaForum hasta el 20 de julio.

El CaixaForum aborda cómo el arte se erige como refugio en la Alemania de entreguerras

La exposición 'Tiempos inciertos: Alemania entre guerras' revisita el florecimiento cultural de la República de Weimar a través de experiencias inmersivas y casi un centenar de cuadros, películas, fotografías e incluso mobiliario original

Destrucción y creación. Caos y racionalismo. Inestabilidad y progreso. Estos conceptos, aparentemente antagónicos, se dieron de forma simultánea en la Alemania de entreguerras. En un momento de destrucción e incertidumbre, después de las graves consecuencias económicas y psicológicas de la Primera Guerra Mundial, Alemania vivió un período de florecimiento cultural e intelectual comparable al que se dio en la Atenas de Pericles o en la Florencia del Renacimiento. La República de Weimar duró apenas catorce años (entre 1918 y 1933), pero lo que sucedió entonces marcó el devenir de Europa e incluso del mundo, ya que el periodo finaliza con el ascenso del nazismo al poder. Una etapa crucial para la historia, que además esconde peligrosos paralelismos con la actualidad, y que ahora revisita el CaixaForum en su nueva exposición.

CaixaForum vuelve a apostar en esta muestra, que lleva el título de Tiempos inciertos. Alemania entre guerras y que se podrá visitar hasta el próximo 20 de julio, por crear una exposición inmersiva, como ya hizo en su anterior muestra de Alicia en el país de las maravillas. En esta ocasión, sin embargo, el visitante no se adentra en un viaje por el mundo onírico y las fantasías de la pequeña Alicia, sino en un oscuro recorrido histórico que se inicia tras la Primera Guerra Mundial y que atraviesa hasta el presente más inmediato. A través de salas oscuras, donde lo único que brilla son los cuadros, la música y las películas, al igual que en aquel momento floreció el arte como respuesta a la incertidumbre y la oscuridad.

El trayecto se inicia con la recreación de un salón burgués del siglo XX, inspirado en la novela Los Buddenbrook de Thomas Mann. En él, sus habitantes bailan alegremente El Danubio azul de Johan Strauss, a la par que disfrutan de grandes lujos, abstraídos de la realidad y de la pobreza de sus contemporáneos. Sin embargo, esta falsa alegría pronto se fractura con el estallido de la Primera Guerra Mundial. El visitante pasa de un brillante y luminoso salón a un lúgubre pasillo que simula una de las múltiples trincheras de la guerra y que recuerdan algunas de las cifras que dejó el conflicto, como los millones de soldados movilizados y muertos. Al cruzar esta puerta, se deja atrás el “mundo de ayer”, tal y como describía el escritor Stefan Zweig, caracterizado por la seguridad y la estabilidad para adentrarse en la oscuridad e inestabilidad del conflicto.

CaixaForum salón burgués
La muestra empieza con la recreación de un salón burgués, como representación de un antiguo mundo que colapsa con la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, tras el trauma psicológico y social que supone la guerra, los alemanes buscan recuperarse de la derrota y humillación que vive el Imperio Alemán tras el conflicto. El káiser abdica en noviembre de 1918 y nace la república de Weimar como democracia parlamentaria, y lo hace en una ciudad crucial para los valores germánicos, ya que la ciudad de Weimar es el lugar de nacimiento de los poetas Goethe y Schieller. Esta ciudad también será el lugar de nacimiento de la Constitución de Weimar, que refleja los principios del nuevo sistema e introduce cambios transgresores como el sufragio universal, permitiendo por primera vez el voto femenino. En este momento florecen todas las artes, desde las vanguardias plásticas hasta el cine y la fotografía como armas políticas, pasando por la importancia de la nueva escuela de diseño Bauhaus.

Una etapa de gran producción cultural que la exposición revisita a través de las diferentes temáticas y preocupaciones que surgieron en esa época. Cuestiones complejas como los nuevos cánones de belleza, tras los cuerpos mutilados que dejó la guerra, las nuevas formas de expresión de género o incluso el nuevo papel de la mujer en la sociedad, después que la población femenina hubiera entrado de forma masiva al mercado laboral mientras los hombres luchaban en las trincheras. Todo ello, sin olvidarse de explorar las nuevas tendencias artísticas que surgen en esta época, ya que todas las disciplinas existentes se replantean, y aparecen nuevos movimientos como el dadaismo o el expresionismo abstracto, e incluso nuevas corrientes científicas como la física cuántica o la filosofía existencialista de Heidegger.

Unas nuevas formas de pensar que se dan en una sociedad compleja, marcada por la incertidumbre y la crisis del racionalismo, y por las grandes diferencias sociales. En pocos años se sufre la escasez y la hiperinflación de la posguerra, que comportó conflictos sociales y saqueos, a la que prosiguieron la libertad y la creatividad de los felices años 20, antes del Crac del 29 y la gran crisis económica posterior. Una etapa en la que las diferencias sociales se hicieron más evidentes que nunca, como muestra la serie de litografías de Georg Grosz, que enfatiza cómo riqueza y pobreza convivían en las mimas calles.

La muestra cuenta con 90 obras originales de artistas alemanes como Kandinsky.

El objetivo de la muestra, que es de producción propia del CaixaForum y que ya estuvo expuesta en su sede madrileña a finales del año pasado, es el de, según ha descrito la directora de CaixaForum Barcelona, Mireia Domingo, “ofrecer una visión transversal, desde todos los ámbitos, a uno de los períodos más complejos de la historia, una etapa corta pero crucial para la historia”, y explicar esta etapa de una forma sencilla y didáctica.

Con este propósito pedagógico, además de experiencias inmersivas y música de la época como Wagner o Schöenberg, la muestra también cuenta con noventa obras originarias, cedidas por museos alemanes como el Stadtmuseum Berlin o el Käthe-Kollwitz Museum de Colonia, además del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Artes Decorativas y el Institut Valencià d’Art Modern. Fotografías, grabados y películas son las protagonistas de esta muestra, siempre acompañadas de su contextualización histórica, creadas por artistas como Kandinsky o Münter, pero también por diseñadores de la escuela Bauhaus como Mies van der Rohe o Erich Dieckmann.

El despertar de los monstruos

Un repaso histórico que, sin embargo, tiene mucho de contemporáneo. Como advierte el filósofo y arquitecto Pau Pedrosa, uno de los comisarios de la exposición, “los monstruos que se despertaron tras este período de creatividad podrían volver a levantarse”. Y es que, este período de efervescencia creativa e intelectual acabó de forma abrupta con el ascenso al poder de Hitler. Con este cambio político, de la creación se pasa a la destrucción, con episodios como la quema de libros que eran considerados antialemanes. De la misma forma, de la democracia parlamentaria de la República de Weimar se pasa al totalitarismo instaurado por el nazismo.

Un cambio radical, que peligrosamente, podría volver a repetirse en la actualidad ya que, como ha advertido el comisario de la exposición, muchos de los paralelismos y las ideas surgidas en este período de Alemania resuenan todavía hoy. “Cada día que pasa la muestra es aún más contemporánea”, ha advertido Pedrosa, y es que la inestabilidad que caracterizaba la República de Weimar parece ser una constante también en la actualidad. Por este motivo, desde el CaixaForum han querido exponer este período histórico, no solo por su complejidad y creatividad, sino también por sus resonancias con el mundo contemporáneo porque, como reza el popular aforismo, el pueblo que no conoce la historia está condenado a repetirla.

La exposición cuenta con salas inmersivas que combinan vídeo, música y efectos sonoros.

La exposición, por tanto, después de volver a atravesar otro pasillo lúgubre, que busca representar la trinchera de la Segunda Guerra Mundial, termina precisamente en la actualidad y con el visitante teniendo que elegir entre dos caminos distintos para salir de la sala: el mundo de las certezas, o la incertidumbre. Dos caminos que, sin embargo, confluyen en la misma sala, porque precisamente incertidumbre y certezas se mezclan en nuestro presente. Un presente donde la tecnología y la ciencia están más avanzadas que nunca, ofreciendo cada vez más certezas y avances, pero donde también reina la incertidumbre en cuestiones sociales y económicas. En esta última sala, además, se propone un juego interactivo para conocer las opiniones de los visitantes sobre diferentes disciplinas con afirmaciones como “la democracia es una farsa” o “el empleo y la vivienda son más inestables que nunca”.