Enric Miralles diseñó muchos muebles y objetos para su propia casa. ©Maro Kouri

De casa al museo, los diseños más personales de Enric Miralles

La cara más íntima de Enric Miralles como diseñador de mobiliario queda al descubierto en la exposición Miralles. Perpetuum Mobile que inaugura el Museu del Disseny de Barcelona

El legado del arquitecto Enric Miralles está más presente que nunca en Barcelona. Cuando se cumplen 21 años de su muerte, la capital catalana rinde homenaje a su icónico talento con una serie de exposiciones y retrospectivas que ahondan en uno de los máximos referentes de la arquitectura contemporánea de nuestro país. Si bien el ciclo de actividades, comisariado por la arquitecta del estudio Miralles Tagliabue EMBT, Benedetta Tagliabue, y Joan Roig, del estudio Batlle i Roig, estaba previsto para el 2020, cuando se cumplían dos décadas del fallecimiento del creador, las restricciones por la pandemia obligaron a retrasarlas hasta ahora.

La mesa Ines-table puede transformarse con más de 20 combinaciones. ©Giovanni Zanzi

Entre las muestras que podrán disfrutarse estos próximos meses está la exposición Miralles. Perpetuum Mobile que se acaba de presentar en el Museu del Disseny de Barcelona y que permanecerá hasta el 29 de agosto. La muestra ahonda en la figura como diseñador del poliédrico creador, nacido en Barcelona en 1955, a partir de una serie de piezas inéditas que por primera vez se exponen al público. Son muebles y objetos diseñados por Enric Miralles para su propia casa que muestran el talento y la singularidad del arquitecto. “Nosotros planteábamos nuestra casa como una parte muy íntima y un lugar de experimentación donde Enric se divertía muchísimo haciendo, posiblemente, las cosas más atrevidas de su producción”, comenta la que fue socia y segunda esposa de Miralles, Benedetta Tagliablue.

“De estos muebles casi ni se guardaban dibujos ni documentación puesto que eran desarrollados principalmente para nuestro uso –apunta la arquitecta–. Así que cuando surgió la idea de la exposición, una de las dudas fue: ‘si traigo mis muebles al museo, ¿qué hago, dejo mi casa vacía?’”. Fue entonces cuando entró en juego el American Hardwood Export Council (AHEC) que, con material donado por AE Maderas, se encargó de reproducir las creaciones originales de Miralles a partir de maderas de roble, arce, cerezo y madera de tulipán. En total se exponen más de 20 piezas de carácter muy personal e íntimo, donde se plasma el ingenio y a la vez la pureza del trabajo del arquitecto barcelonés. “Aquí se evidencia la experimentación manual con las maderas y los mecanismos para que hagan el movimiento deseado”, apunta el arquitecto y comisario del ciclo Joan Roig.

Benedetta Tagliabue supervisando la reproducción de los muebles. ©Lander Larrañaga

Tal es el caso de la mesa Ines-table (1993) cuya naturaleza cambiante brinda la posibilidad de transformarse a partir de más de 20 movimientos diferentes; la estantería Lelukaappi (1995), inspirada en la obra del arquitecto finlandés Alvar Aalto, de trazado orgánico y envolvente; o las mesas Dolmen (1995), Troncs (1998) y Mistery (1999), todas ellas con un mínimo de dos posiciones que permiten dinamizar con las necesidades del momento. Todos estos objetos, así como varios elementos de iluminación, se suceden en esta muestra cuya ambientación recrea la propia casa del arquitecto y donde las piezas expuestas se acompañan también de dibujos, croquis, material audiovisual y planos de sus rompedoras creaciones. “La exposición nos liga a la nostalgia del trabajo y al carácter más personal de Miralles pero también al futuro, entendiendo su producción como algo ligado al mañana, a partir de prototipos que pueden desarrollarse en el futuro”, afirma Joan Roig.

Mesa original diseñada por Miralles en la casa de Benedetta Tagliabue. ©Mariluz Vidal

Junto a esta exposición, la Fundació Enric Miralles, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, tiene la voluntad de acercar aún más el trabajo del prolífico arquitecto barcelonés al gran público con las exposiciones Miralles. A quarts de quatre…, en el Saló del Tinell del Museo de Historia de Barcelona hasta el 4 de julio; Miralles. To be continued, vigente hasta el 23 de diciembre en la propia sede de la Fundació Enric Miralles, y Miralles. Photos & Collages, que hasta el 30 de junio puede disfrutarse en el Arts Santa Mónica.

A lo largo de los 26 años de profesión, primero junto a su primera mujer, Carme Pinós, luego en solitario y posteriormente de la mano de su segunda esposa, la arquitecta Benedetta Tagliabue, Miralles recibió 62 galardones por su trabajo, entre ellos el León de oro de la Bienal de Arquitectura de Venecia en 1996 o el Premio Nacional de Arquitectura el 1995. Un reconocimiento a una labor que hoy se reivindica gracias a este ciclo que se extenderá a lo largo del año con otras miradas. Arquitectos, académicos y artistas que trabajaron de cerca con él serán los protagonistas de las charlas, Miralles. Conversaciones, que se llevarán a cabo durante el mes de junio en el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), entre ellos, Rafael Moneo, Carme Pinós y Soraya Smithson. Además, su importante dedicación a la docencia, en universidades y escuelas tanto nacionales como internacionales, también estará presente en la exposición Miralles. A l’escola que tendrá lugar en el Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAB), del 22 de septiembre al 24 de noviembre.

La huella de Miralles en Barcelona

“El ciclo de actividades entorno a la figura de Miralles permite reivindicar el papel de la arquitectura como elemento determinante en el diseño de la ciudad que influye en la construcción cultural y en el discurso del espacio urbano”, tal y como apunta Xavier Marcè, concejal de Turismo e Industrias Creativas. En esta línea, la trascendencia de la figura de Enric Miralles en Barcelona se materializa en una serie de proyectos que han dejado huella transformando y dinamizando ciertos enclaves de la ciudad. Tal es el caso de la sede de Gas Natural (1996-2006), un rascacielos que dialoga con el perfil costero barcelonés, las pérgolas de la Avenida Icaria (1990-1992), el parque de Diagonal Mar (1997-2002), la reforma y rehabilitación del Mercado de Santa Caterina (1997-2005) y, junto a este último, las viviendas para ancianos de Santa Caterina (2001-2005). Todo ello a partir de un lenguaje propio y expresivo, que hacen que la esencia de Miralles esté hoy más presente en la ciudad.

La estantería Lelukaappi es una de las piezas que forman parte de la exposición. ©Lander Larrañaga