Sede del ICF.
La sede del ICF en Barcelona.

El ICF cumple 40 años con 37.000 empresas financiadas

La banca pública de promoción catalana ha facilitado el acceso a más de 16.000 millones de euros a través de sus préstamos, avales y capital riesgo

Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de financiación e inversión del tejido empresarial y social catalán, en 1985 se puso en marcha el Institut Català de Finances (ICF). Durante las cuatro décadas que han pasado desde entonces, la banca pública catalana ha financiado a 37.000 empresas, autónomos y entidades. Lo ha hecho a través de préstamos, avales y capital riesgo, que han sumado 16.000 millones de euros.

En estas cuatro décadas, el ICF se ha consolidado como “una herramienta útil al servicio del tejido empresarial y social catalán, una entidad financiera en que miles de empresas y entidades han confiado y confían para hacer realidad sus proyectos e inversiones”, según su consejera delegada, Vanessa Servera.

Entre los sectores que ha impulsado el ICF, despunta la industria, que ha recibido tres de cada diez euros de sus préstamos y avales. A la industria le siguen el comercio y el turismo, con un 13%, y la vivienda y las infraestructuras, con un 11%.

En cambio, teniendo en cuenta al número de clientes, el sector más beneficiado ha sido el primario, y es que una de cada cuatro empresas y autónomos beneficiados por un crédito o aval del ICF ha estado vinculada a la agricultura o a la ganadería. Estas cifras reflejan los efectos de los préstamos ICF Agroliquiditat impulsados hace dos años para apoyar al sector primario ante la sequía y la inflación, y al hecho de que el ICF se integró en 2011 en el Institut Català de Crèdit Agrari para impulsar el sector.

Durante estos 40 años, el ICF ha distribuido sus préstamos y avales en consonancia con el peso económico de cada territorio. La veguería de Barcelona, que representa el 73% del PIB catalán, ha recibido el 68% de la financiación, seguida por Comarques Gironines (7%), Ponent (6%) y Catalunya Central (5%).

Además, el ICF ha apostado por reforzar su presencia territorial, a través de una red de delegados comerciales distribuidos por Catalunya, que se ha ampliado progresivamente para dar respuesta a las necesidades de las empresas y entidades de cada comarca.

Más de 500 millones en capital riesgo

Pese a que la concesión de préstamos y avales representa la mayor parte de la actividad del ICF desde su creación, ha ganado peso la relativa al capital riesgo, que se incorporó en 2002 para impulsar el tejido emprendedor catalán. Desde entonces, ha invertido en más de 1.200 empresas, con más de 500 millones de euros.

“Detrás de cada uno de estos números hay un proyecto que ha contribuido al progreso de Catalunya, a la generación de conocimiento e innovación y a la creación de nuevas oportunidades y puestos de trabajo”, ha defendido la consejera delegada del ICF, entidad por la que han pasado 386 trabajadores durante estos 40 años.

Vanessa Servera, consellera delegada de l'ICF
La consejera delegada del ICF, Vanessa Servera, en una foto de archivo.

De cara al futuro, Servera ha fijado como reto del ICF seguir dándolo a conocer entre los ciudadanos, poniendo el foco en sus dos elementos diferenciadores: la financiación a largo plazo para facilitar el retorno de la deuda, y el impulso a proyectos estratégicos para Catalunya, como la reindustrialización, la transición verde, la vivienda social, el sector primario y la mejora de la competitividad y la innovación. “El hecho que Catalunya cuente desde hace 40 años con una banca pública de promoción permite impulsar políticas públicas clave para el país”, ha reivindicado.

Para conmemorar sus 40 años de trayectoria, el ICF organizará diversos eventos a lo largo de 2025, que incluirán un acto central, encuentros empresariales y la edición de un libro sobre la historia de la entidad, que repasará su papel y contribución al ecosistema empresarial y social de Catalunya.