Se siente a salvo. El reloj está escondido en los calcetines, en el fondo de la mochila. Ha dejado el móvil en casa y en la cartera lleva lo justo para volver. Pero nunca se sabe. Solo tiene que caminar diez metros, zambullirse un minuto y volver a la toalla. Ejecuta el plan a la perfección, a riesgo de coger tortícolis. Incluso disfruta del baño. Vuelve tranquila porque no se le ha escapado nada. Entonces, ve algo moverse. De nada sirve correr. Una gaviota está huyendo con su bolsa de patatas.
INFORMACIÓN
Ilustración: Sam Grant
Texto: Cristina Martín Valbuena
Título: ‘La Mar Sagrada’
Contacto: Sam Grant
