La tecnología está llamada a transformar todos los ámbitos de la sociedad, incluida la educación. Las historias futuristas que hablaban de clases holográficas, experiencias de realidad virtual y robots dentro del aula empiezan a no ser tan futuristas, y las empresas e instituciones catalanas quieren tener un papel en el esbozo de la educación del futuro.
De hecho, las empresas que se dedican a la tecnología aplicada a la educación se han triplicado desde la covid: han pasado de las menos de 100 que había entonces a más de 300, tras una pandemia y un confinamiento que empujaron al sector educativo hacia su digitalización de forma repentina. Según un estudio del Govern a través de Acció, en colaboración con el Edutech Cluster, estas más de 300 empresas generan 4.500 puestos de trabajo y cerca de 900 millones de euros de volumen de negocio anual.
“Barcelona es un hub de tecnología, también en el ámbito educativo”, defiende Alicia Berlanga, la directora del Edutech Cluster, que agrupa a empresas e instituciones centradas en la tecnología aplicada a la educación. El clúster, con sede en Barcelona, incluye a actores edtech a nivel estatal, con un centenar en total y con unas 70 de ellas en Catalunya.
El sector engloba a empresas que van desde editoriales hasta proveedores de software, plataformas de gestión para los centros educativos y consultorías especializadas. En conjunto, el sector está posicionando a Catalunya en este ámbito a nivel internacional, en un proceso en el que, según Berlanga, ha sido crucial la “apuesta por llevar la tecnología a las aulas” por parte de las administraciones, y también la capacidad tractora de grandes ferias como el Mobile World Congress, el ISE y Smart City, así como recursos como los de los Next Generation: “Se está dando el escenario perfecto para que Barcelona se posicione”.
Ahora, además, el sector está detectando “un interés de empresas europeas para instalarse en Barcelona”. Este creciente interés internacional se percibirá también en el Edtech Congress, que se celebra en el recinto Montjuïc de Fira de Barcelona entre este martes y miércoles, organizado por el clúster con el objetivo de poner las bases del futuro de la educación. El congreso, que “se celebra desde hace 11 años pero que se ha hecho grande en las últimas ediciones”, quiere también contribuir a internacionalizar las empresas del ecosistema catalán, como detalla Berlanga.
En este contexto, está convencida de que “Barcelona puede posicionarse con fuerza en el sector edtech”. La ciudad aspira a hacerlo con un sector que, por volumen de facturación, está liderado por las editoriales tradicionales que apuestan por una transición hacia el contenido digital, que representan el 58% del volumen de negocio del ámbito edtech en Catalunya. Con el 20%, también destacan los proveedores de infraestructuras y equipamiento y, con el 8%, los de software y herramientas digitales de apoyo. Completan el sector empresas como consultorías, compañías de creación de contenido digital y las plataformas de gestión integral de los centros educativos.

Dentro de este ecosistema, despuntan el uso de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial, la robótica, la ludificación, la realidad virtual e inmersiva, la ciberseguridad y el big data. De hecho, Berlanga asegura que la inteligencia artificial ya se ha integrado en el sector educativo: “Muchos centros ya utilizan la IA en ámbitos como la gestión de datos, la programación e incluso tutores virtuales. Puede que todavía no seamos conscientes de ello, pero el sector educativo ya lo está utilizando”.
La realidad virtual y la inmersiva serán las siguientes en desembarcar con fuerza en el ámbito educativo, según la directora del clúster. “La realidad inmersiva será fundamental en la educación”, con aplicaciones como el aprendizaje inmersivo y dinámico similar al del entorno de trabajo en el caso de la Formación Profesional.

Esta apuesta por integrar educación y tecnológica se aborda sin olvidar ni subestimar potenciales riesgos. Por este motivo, “desde el sector educativo, las empresas, las fundaciones, asociaciones y administración, trabajamos todos alineados para fomentar el uso responsable y saludable de la tecnología”. En esta línea, se están impulsando medidas como la que ha tomado recientemente el Govern de prohibir el móvil en Primaria y la ESO. “Trabajamos para crear mecanismos y para concienciar del uso responsable de la tecnología para asegurar el bienestar digital”, garantiza Berlanga.
Y es que el bienestar digital y la salud mental es algo que también puede perseguirse desde la propia tecnología, como hace la startup catalana Miinta. Integrada en el clúster, ofrece un chat de apoyo emocional para adolescentes y jóvenes, y va más allá: dispone de herramientas para mejorar el bienestar de estudiantes y familias, con sesiones individuales, formación para profesores, programas específicos, tests diagnósticos y detección temprana.
También con el propósito de facilitar la detección de dificultades y de potencialidades de niños y niñas, la edtech Dide ha desarrollado una herramienta no invasiva para ahondar en sus características y desarrollo. A través de un sencillo cuestionario que responde la familia a partir de la observación, Dide evalúa 35 indicadores clave, como explica su CEO, Elena Betés. La herramienta se ofrece tanto a escuelas como a familias, y ha triplicado este año los centros con los que trabaja, hasta los 70: “Nuestra ambición es crecer, y este año lo tenemos al menos que duplicar”, defiende Betés, también fundadora de Rastreator.
Otro de los grandes objetivos de las empresas edtech es facilitar que los alumnos adquieran competencias digitales y tecnológicas, que van desde el uso de dispositivos hasta la robótica y la programación. En este ámbito, la empresa CodeLearn acumula 11 años de trayectoria formando en pensamiento computacional a través de la programación. Hasta ahora, lo había hecho con una red de 30 localizaciones en las que imparten extraescolares y online, y ahora se han hecho un hueco dentro del horario escolar. “Nos hemos adaptado al ámbito educativo y curricular”, resalta el director de CodeLearn, Lluís Julià. Con este sistema de aprendizaje, están presentes en 35 centros educativos, en los que también forman al profesorado. “Ofrecemos una mano en llave para aprender pensamiento computacional y programación”, defiende Julià, que se fija como objetivo para el curso 2025-2026 vender 300.000 licencias de CodeLearn.
El sector edtech está decidido a transformar la educación desde todos sus ángulos
Pero el sector edutech no sólo aspira a formar en nuevas tecnologías, sino también a aplicarlas para transformar la forma en la que se enseñan materias y conocimientos básicos. Este es el objetivo de PictoEscritura, que enseña lengua utilizando la imagen y el dibujo como herramienta para aprender a leer y a escribir, a la vez que se desarrolla el pensamiento creativo y se domina progresivamente el lenguaje. Lo hace proponiendo proyectos que motivan al alumnado a crear y escribir, como explica su fundadora, Roser Ballesteros: “El objetivo es que todos los niños y niñas disfruten de la lectura y de la escritura y que acaben la Primaria con una competencia que les permita acceder a cualquier tipo de texto”. La iniciativa, que ha llevado su propuesta a unos 200 centros a nivel estatal y ha realizado estudios de varios años de duración para probar su metodología, pone el foco ahora en adaptar su plataforma no sólo al nivel de cada alumno, sino también a su estilo de aprendizaje, para maximizar su carácter inclusivo y de atención a la diversidad.
A través de iniciativas como estas, el sector edtech está decidido a transformar la educación desde todos sus ángulos, para transformar no sólo la forma en la que se enseña y aprende, sino también las dinámicas del aula y del centro, la gestión de los centros y de la relación con las familias, e incluso la evaluación del propio sistema educativo. Todo con el fin último de mejorar el sistema, agilizándolo, abriéndolo a nuevos conocimientos, y buscar metodologías efectivas a la vez que atractivas que maximicen el aprendizaje de los alumnos.